SE TRATA DE NOSOTRAS

   Este caso, como el de tantos otros que trascienden en los medios de comunicación cotidianamente, exige de nuestro compromiso como ciudadanas y ciudadanos para luchar contra este delito que mantiene en la esclavitud a cientos de mujeres y niñas en nuestro país y en el mundo.

    La lucha contra las redes delictivas que operan en el país, muchas veces con la complicidad policial y política, debe darse en varios frentes:

1) En materia de prevención, la sociedad --con la promoción del Estado- debe darse el debate sobre el conjunto de estereotipos y prejuicios que sostienen la explotación sexual de las mujeres. Ejemplos de ellos son frases tales como “la piba se habrá escapado con algún noviecito— esto les dicen los policías a las madres que se acercan a denunciar la desaparición de sus hijas—.

   La pobreza y miseria en la que viven cientos de mujeres en el interior del país convierte a estas cientos de mujeres en posibles víctimas de trata que a través de promesas de trabajo falsas terminan siendo captadas y trasladadas a otros puntos de la Argentina para ser explotadas sexualmente en los burdeles. En otros casos, las jóvenes  son atraídas por avisos de casting en busca de modelos y actrices que quieran triunfar en el exterior del país. Por ello, es importante concientizar e informar sobre los modos de captación y manejo de las redes, porque todas podemos ser víctimas del delito por el solo hecho de ser mujeres.

   En este proceso, hay que poner énfasis en la complicidad que ejerce el cliente en el circuito deexplotación. Es claro que si no hubiera demanda de sexo no habría oferta.  Tienen que saber que  el producto de  consumo puede ser una joven que fue reclutada a través de un engaño y obligada a prostituirse, muchas veces bajo los efectos de alguna droga. Por lo tanto, una campaña deconcientización sobre el delito debe ser dirigido también a ellos, los principales consumidores. 

2) En materia de asistencia, el Estado debe garantizar una contención integral de las victimas que comprenda atención psicológica, legal y económica a aquellas mujeres que  son aisladas de sus familias y de sus entornos sociales, privadas de sus documentos o pasaportes,  cercenadas en sus derechos fundamentales sistemáticamente. Este despojo del cual es víctima requiere de grupos interdisciplinarios de atención, de la apertura de oficinas locales o provinciales de contención y dehogares donde alojarlas. Pese a que la ley que tipifica el delito contempla todos estos puntos, en lapráctica  todavía falta mucho para hacer en ese sentido. Para que la víctima rescatada de una red no termine regresando a manos de su proxeneta, debe contar con los medios necesarios para que elija su libertad y pueda escapar de la esclavitud sexual.

 3)  Los medios de comunicación deben cumplir un rol importante en este proceso: deben denunciar los casos de trata de personas, utilizando un lenguaje acorde. Aún hoy escuchamos hablar, a través de los medios, de la “trata de blancas” y ya no hay lugar para eso. Es un término añejo, ya que abordaba una realidad distinta a la actual: una época donde las “negras”, las “indias” podían ser legalmente esclavas y sólo se consideraba trata el comercio de cuerpos de mujeres “blancas”. Hoy no es legal comprar y vender personas de ninguna raza, etnia, grupo social o lugar de residencia. Es más, los proxenetas no hacen distinción de sus víctimas por esas causas y muchas mujeres migrantes son presas de las redes por encontrarse en una situación de vulnerabilidad mayor o, en otros casos, por su color u origen son consideradas “sexualmente exóticas”. Los medios tampoco deben colaborar con el delito a través de la publicación de avisos clasificados pagados por las redesde trata.

   4) La Justicia tiene que posar su atención tanto en la sanción y encarcelamiento de los culpables materiales del delito, sino además en todos aquellos personajes que haciendo la vista gorda, son cómplices del flagelo. Cientos de notas de diarios provinciales y nacionales han puesto sobre el tapete la participación de las fuerzas de seguridad, intendentes, representantes de la Justicia en este delito.

Por todos estos motivos, la trata de personas para fines de explotación sexual requiere del esfuerzode todas y todos para prevenir nuevos casos, para asistir a las víctimas rescatadas,  para condenar a los proxenetas y a sus cómplices, en fin, para erradicar este flagelo que deja marcas en los cuerpos de miles de mujeres. Somos concientes que no será fácil, ya que estamos hablando demodificar patrones culturales y poder arraigados en la sociedad, pero es una pelea que debemos dar