Hay hechos y situaciones que crean un cansancio generalizado sobre la política.
En el último tiempo los cruces, idas y vueltas de destacados
dirigentes de distintos espacios, hacen que muchas acciones sean más
que difíciles de entender y de explicar.
Tanto en el país como en la provincia el neoliberalismo nos dejó
hambre, desocupación, desguace del estado y corrupción, pero también
(o como elemento necesario para llevar adelante tanta entrega) nos
instaló la idea de que la política les sirve a unos pocos para que
hagan muy buenos negocios o, en el mejor de los casos, una buena
carrera. En los noventa la política dejó de ser una herramienta
colectiva para transformar la realidad injusta. Nos hicieron perder la
confianza en que podíamos cambiar las cosas participando, siendo parte
de proyectos y sueños comunes.
En Córdoba, después de una larga crisis institucional donde se
cuestionaron todos los canales de la representatividad y con el
surgimiento del Frente Cívico, se crearon fuertes bases para que
muchos hombres y mujeres con distintas historias e identidades nos
planteáramos un futuro común, entusiasmados sinceramente en la
política como hacía mucho tiempo no ocurría.
Teníamos por fin un instrumento colectivo nuevo para enfrentar años de
desastre y podíamos canalizar la bronca a través de una propuesta
donde peronistas y radicales honestos que no bajaron sus banderas
históricas, socialistas, militantes de distintas expresiones de
izquierda, del campo nacional y popular, progresistas y aquellos que
se asomaban por primera vez a una experiencia política nos
encontrábamos con alegría a dar pelea contra el bipartidismo y contra
el negocio al que nos tenían acostumbrados, tareas que debemos
continuar.
El Frente Cívico rompió con las corporaciones políticas existentes,
denunciando su vaciamiento y alejamiento de los intereses populares,
mostrando desde el principio una gran voluntad de cambio que ganó
rápidamente consenso en la población.
No debemos rifar lo que logramos en estos años y por eso rápidamente
debemos volver a los orígenes del Frente Cívico y superar las crisis
que vive en su interior retomando los verdaderos objetivos y sueños
compartidos.
Debemos recordar que el Frente Cívico fue creado con el consenso de
distintos componentes, respetando la pluralidad y enfrentando la
corrupción que nos dejaron años de bipartidismo donde el toma y daca
estaba al orden del día, para enfrentar la vieja política y terminar
con un estado neoliberal construyendo otro más justo que se encargue
de las necesidades de las mayorías.
Por eso nunca nos quedamos solamente en el debate testimonial y nos
propusimos ser una opción de gobierno, partiendo del respeto a la
militancia y a la ciudadanía y con la claridad de que siempre nos
apoyaríamos en los sectores populares y no en las grandes
corporaciones económicas y políticas.
Desde allí debemos enfrentar con un proyecto auténticamente nuestro,
firme y progresista, al gobierno de Schiaretti por intentar la entrega
de nuestro patrimonio, por endeudar la provincia, por destruir la caja
de jubilaciones, por ser la clara continuidad del gobierno delasotista
y por haber surgido de un espantoso fraude que no solo frustró a Luis
Juez y a la militancia del Frente Cívico sino a todos los cordobeses y
cordobesas.
Volviendo a encontrar las raíces de nuestros objetivos compartidos
vamos a tomar la política como un compromiso de muchos, un compromiso
transformador que se renueva todos los días.
Hay un aprendizaje histórico que rechaza el doble discurso, la
justificación de lo inexplicable, el amontonamiento con los que hasta
ayer nos dieron pelea, de este aprendizaje deberán imbuirse los
dirigentes del Frente Cívico con responsabilidad, para no llevar esta
herramienta colectiva a una nueva frustración. No es correcto
resignarse a "lo menos malo", ni convalidar la forma de hacer política
de los noventa. Ese aprendizaje está en nuestros barrios, en los
colegios, en las universidades, en los espacios de los intelectuales,
en los infinitos recovecos del campo popular. Allí hay que construir
la continuidad consecuente de este proyecto.
Es necesario, indispensable y posible.
CECILIA MERCHÁN